Uno de los objetivos de SUMA es la entrega al sector
privado de la red de ductos de Pemex en un esquema en el que la
paraestatal deberá pagar a compañías privadas por el uso de esos ductos
(considerados como instalaciones de seguridad nacional) y se basa en un
esquema similar al de la privatización del sistema carretero impuesto
por Carlos Salinas de Gortari, quien apeló a la urgencia de inversión
para “hacer eficiente” esta área.
Antes de que se dé a conocer
oficialmente, la privatización de la red de ductos ya tiene
beneficiario: el consorcio gasero mexicano Grupo Zeta, que en el 2000
impulsó con aportaciones millonarias la campaña de Fox, por medio de
Amigos de Fox, y benefició a Felipe Calderón en su campaña, previo
acuerdo de que pagaría a través de Pemex.
Sobre las aportaciones que la familia
Zaragoza, propietaria del Grupo Zeta, hizo a Amigos de Fox, incluso en
Estados Unidos se abrieron indagatorias con el supuesto de que estos
montos serían producto de lavado de dinero de Miguel Zaragoza y su hijo
Jesús Zaragoza.
En el portafolios de negocios que
maneja Marcos Ramírez -a ejecutarse en el gobierno de Calderón-, está
entregar a este grupo empresarial las “licencias” para mantenimiento,
administración y operación de ductos en labores que -de acuerdo con la
Ley Orgánica de Pemex- corresponden a Pemex Gas y Petroquímica Básica
(PGPB).
La entrega de licencias al Grupo Zeta
se haría, de acuerdo con una fuente de Pemex, a las distintas razones
sociales que maneja el consorcio gasero: Compañía de Gas de Tijuana,
Baja Gas, Combustibles, Distribuidora Mexicana de Gas L.P., Gas Butano
Propano de California, Gas Comercial e Industrial, Gas Guadalajara, Gas
Licuado, Thermogas, Multigas y Super Gas.
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